Las lágrimas de mis brazos tienen apodo
Tú sabes bien cómo se llaman
Pues pertenecen a alguien de carne y huesos
Alguien que en cada oportunidad
Les regala la libertad de expresarse
Y yo por mi lado
Le regalo sus lágrimas
Es recíproco aunque él no lo sepa
Es justo aunque tú no lo entiendas
Es una armonía aunque yo no lo crea
Una fría e inaudible balada que creo sólo para ti
Una melodía sin vocalista pero con letra
La letra bien la conoces
Tú la escribiste
Una sinfonía de la que ya conocía el ritmo
Aquel doloroso ritmo de las lágrimas brotando y recorriendo un camino
Un camino que parecieran conocer desde antes de existir
Aquel penetrante y agudo sonido que brota de mis brazos al ceder ante las fisuras lagrimales
Aquel embriagante sonido del que eres cómplice pero que no estaría completo sin la irónica tonalidad de tu suave voz al preguntar
¿Qué fue lo que pasó?